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TEOGONÍA

Este es el inicio de la mitología griega, el origen desde el Caos:

1ª GENERACIÓN
Gea, la fecunda Tierra, engendró a Urano, el Cielo y formaron la primera pareja de dioses, origen de todo el universo. Urano y Gea crearon ríos, mares y montañas, animales y criaturas como los Titanes, las Titánides, los Cíclopes y los Centímanos (gigantes de cien manos).
Urano, por miedo a ser destronado, obligaba a permanecer a todas estas criaturas dentro del seno de su madre Gea.
Gea, cansada de sufrir el encierro de sus hijos, entregó una hoz de oro al más joven y fuerte de los Titanes, su hijo Crono, con la que castró a Urano.
Los genitales de Urano cayeron al mar cerca de Chipre y su simiente engendró una espuma («aphros») de la que brotó Afrodita, diosa del amor y la belleza.
La sangre de Urano fecundó a Gea que engendró a los Gigantes y las Furias.





2ª GENERACIÓN
Crono, el Tiempo, tomó por esposa a su hermana la titánide Rea, la Naturaleza.
Esta generación de Titanes tampoco estableció un orden justo. Crono temía ser destronado y para evitarlo envió a los Cíclopes y los Centímanos al Tártaro (infierno) y devoraba a todos sus hijos nada más nacer. 
Crono y Rea engendraron a Hestia, diosa del hogar, Deméter, diosa del cultivo y los cereales, Hera, diosa del matrimonio, Hades, dios del reino de los muertos y Poseidón, dios de los mares. Todos fueron devorados por Crono.
El más joven de sus hijos, Zeus, se salvó gracias a que Rea entregó a Crono una piedra envuelta en pañales que éste se tragó sin sospechar el engaño.
Rea ocultó a Zeus en una cueva del monte Ida (Creta) donde le amamantó la cabra Amaltea a la que más tarde Zeus recompensó dándole un lugar en el firmamento. Con la piel de Amaltea fabricó la «égida», un escudo símbolo de su poder y con la cornamenta la «Cornucopia» o «cuerno de la abundancia». En la entrada de la cueva Rea colocó a los «Coribantes» o «Curetes» para que disimularan con sus estruendosas danzas guerreras el llanto del niño.





3ª GENERACIÓN

Cuando Zeus se hizo mayor se enfrentó a su padre Crono. Con la ayuda de la diosa Metis dio a Crono una bebida para vomitar y así liberar a todos sus hermanos del vientre de su padre. Lo primero que Crono vomitó fue la piedra que se había tragado en lugar de Zeus, llamada «Ónfalos» (ombligo) que cayó en Delfos, a los pies del monte Parnaso donde se estableció uno de los oráculos más influyentes de Grecia.
Zeus y sus cinco hermanos, ayudados por algunos Titanes como Prometeo, lucharon contra Crono y los Titanes. Esta lucha se conoce con el nombre de Titanomaquia (batalla de los Titanes).
Los Titanes combatían desde el monte Otris y Zeus y sus hermanos desde el monte Olimpo. Después de diez años de combates la situación estaba muy igualada.
Entonces Zeus liberó del Tártaro a los Cíclopes y los Centímanos y les dio néctar y ambrosía, alimentos de los dioses, para que recuperasen las fuerzas. Los Cíclopes en su forja volcánica fabricaron unas temibles armas para Zeus: el rayo, el trueno y el relámpago, un yelmo para Hades y un tridente para Poseidón.
En la batalla final el orden se enfrentó al caos y los Olímpicos se alzaron con la victoria, arrojando a los Titanes al Tártaro donde pusieron a los Centímanos como carceleros. Atlas, uno de los Titanes fue condenado a soportar para siempre el peso del cielo.






















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